La ventana hace tiempo
Esta inanimada, poco se abre
De su apesadumbrado interior
Ya no emerge la luminosidad
De unos ojos plenos de amor
Como los de doña Lina
La amantísima madre
La apreciada vecina
La querendona abuela
Que oteaba el paisaje circundante
Que saludaba a los transeúntes
Agradeciéndole al Dios creador
La puerta poco se abre
Sus alas mustias, incoloras
Por falta de una mano cariñosa
Verdes y minúsculas plantitas
Acarician sus grabados
