En el caserío variopinto de las cruces
Con los receptores a reventar
Los parroquianos lucían sus mejores galas
Las madres con sus pesadas mochilas
Los chiquillos disfrutaban los juegos populares
La flecha, las metras, el trompo, las cometas
Las féminas orondas e insinuantes
Con sus faldas de armadores
Los mozalbetes apetecían
A las meretrices del bar el triunfo
Recién bañadas, ojerudas y coloreadas
En uno de los solares rivereños
La pirámide de ladrillos
En la casa de Juaquinote
Por poco se cumple la concupiscencia
Por un pedazo de panela.
