La tarde esplendorosa
Matizada de arreboles
Las ramas del tamarindo
Se crispan cual olas del mar
Irrumpe la chica plateada
Cuyos cabellos semejan
Rayos del astro rey
Un longevo conservador
Humberto Manrique
Contempla a la glacial figura
Que se aleja
Dejando una sutil estela
Impregnada de candor y juventud
Va anhelante y presurosa
En busca de su esposo Fer
Y a colmar de besos
A su primoroso bebe.
