Francisco Adolfo Caicedo

La chica plateada

La tarde esplendorosa

Matizada de arreboles

 

Las ramas del tamarindo

Se crispan cual olas del mar

 

Irrumpe la chica plateada

Cuyos cabellos semejan

Rayos del astro rey

 

Un longevo conservador

Humberto Manrique

Contempla a la glacial figura

Que se aleja

Dejando una sutil estela

Impregnada de candor y juventud

 

Va anhelante y presurosa

En busca de su esposo Fer

Y a colmar de besos

A su primoroso bebe.

La chica plateada