En la vivienda de diurna soledad
Sillas plásticas en columna
En la acogedora estancia
La doliente, en la flor de su conga y tristeza
Coordinando la última noche de Ana Elisa
Su madre afectiva
Nueve asientos ocupados
El principal, por la rezandera
Longeva y de voz susurrante
Su hijo de caballera plateada
Ensimismado en la oración
Una fémina, morena y de llamativo cabello
Otra, un tanto rellena y de color trigueño
Ambas acompañadas de sus pequeños críos
La orfebre vecina, abnegada en su labor
Y acomedida con su prolífica familia
Una bella jovencita, con su abuela blonda
Su abuelo, macizo y somnoliento
El escribidor, con la mirada en el altar
Contemplando la foto de la madre y el hijo
En la flor y en el alba de la vida.
