Francisco Adolfo Caicedo

El mirto desgarrado

Una plantita de oloroso mirto
Trajo Doña Benilda desde Vega de la tinta
De la agradable y bucólica morada De la carismática Doña Carmen
Y lo sembró en el jardín de la Sra. Diana
Que está cumpliendo treinta años de su partida

Se convirtió en un elegante arbusto
A veces les rasgaban sus ramas
Entre ellas la controversial Juanita
Cuando quería asustar a sus hijas

El viento le acaricia y el sol le abriga
La lluvia le refresca sus miradas hojas

Algún citadino le brinda loas de admiración

El mirto desgarrado