Francisco Adolfo Caicedo

Doña Antonia, en la memoria

Furtiva salía de su casa

Con su aureola de matrona

Se desplazaba por la rustica calle

Como lo solía hacer su distinguido esposo

Doña Antonia intercambiaba saludos

Con sus vecinos y amistades

Alguna Ala, se le escapaba

Y soltaba sus antonianas

Con gracia y mandíbula batiente

A consultar a panchita

Adquiría sus números

Si alguien le pedía un dato

Se hacia la sorda

Solía estar informada

A través de Diario de la Nación

De diversos noticieros

Y vario pintas revistas

Sus solaces ratos

Los compartía con sus animales

Loros, pájaros, guacamayas

Le fascinaba tejer

A juanita, le dejo un grato recuerdo

Una bufanda, que ella conserva celosamente.

doña antonia en la memoria