Francisco Adolfo Caicedo

Devoción a la Madre

El joven con su devoción a la madre
Gracias a los principios inculcados por la nona

Un vecino inconsciente
Le hablo no bien de ella

El hijo desesperado Corrió frenético
Por el exuberante cafetal
En la hacienda la blanca
Queriendo acabar con su vida

Raudo trepo la colina hacia el ocaso
Hasta caer de rodillas, jadeante y lloroso
Le pidió a Dios y a la Virgen, paz y sosiego
A su atormentada alma.

Devoción a la madre