Francisco Adolfo Caicedo

Abuela Venerable

La noche caía en Sabaneta
La abuela se asomó a la calle
Esta lucia obscura y arrebolada

¿Pregunto por su esquivo hijo?
De la mano de un vecino
Se dirigió a su amada casa
En tinieblas y desordenada

Busco a su hijo más celebre
Ensimismado en sus veleidades
Realizo el contacto celular con su hermana
Ante la solicitud de su madre

Ella se retiró pesarosa de su casa
De soslayo contemplo dos tenues luces
Una de ellas a punto de extinguirse

Que presagios pasaron por su mente
Aprecio la estrella del pino de colores
Retornando a la casa de su hija.

 

Abuela venerable