Francisco Adolfo Caicedo

Abuela presurosa

En la mañana sabatina

Hundido en sus cavilaciones

Trepaba la cuesta escolar

En busca de la troncal cinco

 

Al levantar la mirada

Se encuentra con la fémina

Con su bebita en los brazos

 

La bella bebita

Cual ángel encantador

Irradia candor e inocencia

 

La abuela no desmerita

Con su piel de canela

Y su sonrisa cantarina

 

Se detiene un momento

Desgrana alguna inquietud

Siento el peso del infante

Y prosigue su marcha

En busca de su hogar.

ABUELA-PRESUROSA